Cuando llegue el momento de determinar tus objetivos es importante que los definas apropiadamente para que realmente te ayuden a alcanzar tu propósito mayor y que no se conviertan simplemente en una tarea más, de esas que nunca hacemos.
Para que nuestros objetivos estén bien definidos y sean de utilidad deben contener estas 5 características obligatorias:
1. Específico – ¿Qué es lo que quieres hacer? Detalla tus objetivos lo más posible. Que sean claros, que no haya opción para mal interpretación. Dale a cada objetivo un enfoque específico.
2. Medible – ¿Qué criterio determina que un objetivo se ha cumplido? Define por ejemplo la cantidad exacta de dinero que quieres invertir, o el retorno de inversion que deseas obtener, o la cantidad de clientes que vas a visitar, etc.
3. Alcanzable – Esta es la revisión contra realidad. ¿Cuentas con todo lo necesario para cumplir con este objetivo? ¿Has involucrado a todos los que participan o toman la decisión? ¿Puedes dedicarle el tiempo necesario para alcanzar este objetivo?
4. Relevante – ¿Cómo se liga este objetivo con tu pasión? Todo objetivo debe estar ligado a un propósito mayor. Esto le da significado al objetivo y previene que se convierta en una simple tarea más.
5. Vencimiento en el tiempo – ¿Cuál es el plazo para completar este objetivo? Determina cuándo vas a empezar y a terminar este objetivo. Comprométete con las fechas en las que realizarás tus tareas. Bloquea ese tiempo en tu agenda para que no tengas otra actividad simultánea.
Si tus objetivos cumplen con estas características tenlo por seguro que te ayudarán a conseguir tu sueño o propósito mayor.
Recuerda que deben ser lo más específicos posibles, “invertir en bienes raices” no es un objetivo, es un milestone. Pero si dices “adquirir una casa habitación para renta con 3 recámaras y 2 ½ baños en el barrio X para el 30 de Agosto y que genere un flujo de efectivo positivo de $100 usd mensuales”, entonces es un objetivo.